29 Jul Tipos de faringoamigdalitis
Tipos de faringoamigdalitis
La faringoamigdalitis es la llamada comúnmente angina, y suele tener algunas variaciones dentro de la misma enfermedad.
La faringoamigdalitis es una enfermedad infecciosa y, por tanto, adquirida por contagio, bien a través del aire (al toser o estornudar) o bien por contacto directo. Es provocada casi siempre por el adenovirus, el enterovirus y los rinovirus, que son aquellos que causan el resfrío común.
Tipos y síntomas
- La amigdalitis bacteriana, que es generalmente llamada estreptocócica, suele tener un comienzo brusco con aparición de fiebre alta repentina, generalmente supera los 39 grados y los ganglios del cuello aumentan mucho de tamaño y afecta con cansancio y desgano a todo el organismo, es muy habitual que cuando contraemos este tipo de anginas padezcamos de náuseas, vómitos, dolor de cabeza y abdominal.
- La faringoamigdalitis vírica, suele tener un comienzo gradual, con fiebre moderada (generalmente menor de 39° C), dolor de garganta, existencia de pequeños ganglios en el cuello y poca afectación del estado general. Con frecuencia se acompaña de otros síntomas como mucosidad nasal, tos y enrojecimiento ocular. Al examinar la garganta, se ve un enrojecimiento difuso de la misma y pueden aparecer secreciones purulentas (placas).
Al observar la garganta está se presenta muy enrojecida y muchas veces tiene presencia de puntos rojos como si fueran pequeñas hemorragias, las amígdalas frecuentemente se cubren de un color blanquecino producido por las placas, provocando una gran dificultad para tragar.
La mayor parte de las faringoamigdalitis tiene buen pronóstico y suelen resolverse un el plazo de 7-10 días con tratamiento adecuado. La faringoamigdalitis producida por virus habitualmente suele resolverse espontáneamente en el plazo de unos días sin dejar secuelas.
La faringoamigdalitis producida por bacterias suele resolverse con tratamiento antibiótico adecuado en el plazo de unos días. La farinfoamigadilitis estreptocócica no tratada puede dar lugar a complicaciones poco frecuentes como la fiebre reumática o la glomerulonefritis aguda.
El dolor en estos casos se puede trasladar hacia los oídos y dificultar la apertura de la boca, sobre todo por el dolor de cabeza que produce. En ambos casos siempre es mejor acudir a la consulta médica.
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