¿Para qué sirve una audiometría?

¿Para qué sirve una audiometría?

Una prueba de audiometría estudia la capacidad que tiene una persona para escuchar sonidos. Estos varían en función de la intensidad y el tono y la audición se produce cuando las ondas sonoras estimulan los nervios del oído interno, llevando el sonido hasta nuestro cerebro.

A la hora de prepararnos para una prueba de audiometría no necesitamos demasiadas precauciones. Lo único es asegurarnos de que no tenemos cera para que no interfiera con los resultados del examen. Respecto a posibles efectos secundarios derivados no hay que albergar ninguna preocupación porque es una prueba segura.

Las audiometrías tampoco causan ningún tipo de molestias y su duración puede variar entre 10 minutos hasta casi una hora. Esto dependerá del detalle que esté buscando el médico que nos realice el examen.

¿Cómo es la audiometría?

Lo primero que nos hace el médico es un audiograma. Con ello sentiremos bloqueado nuestro oído de forma que se evalúe la capacidad que tenemos para escuchar susurros y otros sonidos bajos.

Con la audiometría se consigue una medición más exacta de la audición del paciente. Se utilizan audífonos que se conectan a otro aparato llamado audiómetro. Se transmiten sonidos, con una intensidad controlada, a un oído u otro y el paciente levanta la mano o pulsa un botón para indicar a cuál oído han llegado esos sonidos.

Debemos tener presente que padecer algunas enfermedades puede llevar a que el profesional confunda los datos ofrecidos por la prueba. Así que si sufrimos algún trastorno tendremos que comunicárselo.

¿Cuándo debemos realizarnos una audiometría?

A veces sufrimos algún accidente o enfermedad que puede dañar nuestra capacidad auditiva. Si percibimos que no escuchamos como de costumbre, que tenemos que prestar más atención y aun así perdemos cosas de la conversación, podemos estar ante un indicio de hipoacusia. Algunas de las afecciones que pueden provocarnos problemas en la audición pueden ser un trauma acústico o craneal, algún trastorno hereditario, enfermedades crónicas del oído o del oído interno.
Cierto es que, en ocasiones, consumimos algunos medicamentos que pueden dañar nuestro oído, con lo que hay que tener cuidado en cuando los estemos tomando y vigilarnos.

Los resultados de la prueba pueden ser muy dispares ya que existen muchos tipos y grados de hipoacusia. Por otro lado, la magnitud y la forma de perder la capacidad auditiva puede llevarnos al origen de la dolencia y permitirnos calcular las posibilidades que existen de recuperar la audición.

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